Es parte de una serie de bromas pesadas en las que varias personas se asustan al ver un cocodrilo correr detrás de ellos, sin percatarse, por el miedo, que es un perrito disfrazado de reptil.
El disfraz es bastante creíble debido a la poca luz del lugar, ya que visto durante el día y de cerca es probable que nadie cayera en la broma. Las bromas están grabadas con cámaras ocultas y ha circulado con éxito en las redes.