La maravilla del mundo que en 2007 llenó de orgullo al Perú hoy atraviesa una de sus etapas más críticas. Los bloqueos en la vía férrea entre Ollantaytambo y Machu Picchu Pueblo provocaron el cierre de los accesos a la ciudadela inca, dejando a cientos de turistas varados.
Caminar durante largas horas o subir a coches improvisados se convirtieron en las únicas alternativas para salir de la zona de conflicto, luego de que incluso los trenes humanitarios fueran impedidos de circular.
La situación ha despertado preocupación internacional, no solo por la afectación al turismo, sino también por el riesgo de que Machu Picchu pierda su denominación como Maravilla del Mundo Moderno debido a la falta de gestión, planificación y denuncias por irregularidades en la venta de boletos, además de las deficiencias en la atención a los visitantes.
RESPONSABILIDADES
Ante este panorama, Maycol Ugarte, presidente de la Cámara de Turismo de Machu Picchu, responsabilizó directamente al Gobierno central, a las municipalidades y al Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) por la crisis que atraviesa el principal atractivo turístico del país.