Panorama

09/02/2020

Negocio de la muerte por encargo: habla Magnun, el sicario implicado en caso Gerald Oropeza

Su nombre significa 'bala' y hace honor a su personaje pues resultó ser el operador logístico que imponía la tarifa a la muerte.




Matar lo hacía feliz. La primera vez que asesinó a una persona tenía tan solo 20 años. Por ese encargo, recibió a cambio 20 mil soles. Su nombre es Magnun Tomaní Tuamana y es el asesino más pernicioso de Lima y Callao que esta semana fue capturado por la Policía Nacional del Perú tras ser incluido en la lista de los más buscados del país.

Su nombre significa 'bala' y hace honor a su personaje pues resultó ser el operador logístico que imponía la tarifa a la muerte. Su orgullo era hacerlo junto a su hermano menor Nick, también sicario. Por el asesinato de ‘cara de perro’, el 13 de febrero del 2015, cobró 30 mil soles

"En su historial delincuencial ha acumulado 23 requisitorias, 10 son por delitos graves que responden a asesinato por encargo, sicariato", detalló el coronel Ricardo Espinoza, jefe de la División de Orden Público y Seguridad del Callao. 

Magnun estuvo fugitivo durante cuatro años. Era un fantasma fichado por el sistema de recompensas que premiaba con 20 mil soles por información de su paradero. Además desde las entrañas del mundo mercenario por la guerra de sicarios, confesó que en los distritos de San Martín y Los Olivos están concentrados los sicarios extranjeros, quienes son más rápidos en "cumplir las tareas" por la propia necesidad que padecen, indica.

Los Romaní estuvieron involucrados en los 20 balazos de la muerte del cabecilla de Los Feroces de Atahualpa. Su asesinato era parte de una guerra por el sicariato o negocio de la muerte por encargo. Para este trabajo, confiesa que utilizó una ametralladora.

El atentado al porsche de Gerald Oropeza, la noche del 1 de abril del 2015, destapó la pugna entre estas bandas por el tráfico de drogas en el muelle del Callao. Ese día, a los hermanos Romaní les ordenaron aniquilar a Carlos Sulca y le dijeron que si veían a Oropeza junto a él, también hagan lo propio con su vida. Era una estrategia para pagar menos a los mercenarios. Por regla criminal, el rol se limitaba a aniquilar sin saber el motivo.

“Cuando hay una muerte de relevancia, buscan a un garante del penal, un interno que de la garantía por el pago del dinero", detalló el efectivo Ricardo Espinoza

Para secuestrar a Patrik Zapata Coletti, amigo íntimo de Oropeza, los hermanos Romaní realizaron el marcaje  y para ello cobraron 20 mil soles. “Él revela cómo desarrolla sus actividades, refiere de que los montos para ejecutar a una persona están establecidos. El seguimiento incluye viáticos", dijo.

Sobre el nombre Magnun pesan más de 10 muertos y sobre su conciencia para ser que la cifra incremente, cuyos nombres dice "no recordar". Lo único que le preocupa es cómo su trabajo se desvaloriza por sicarios que ahora están malogrando el mercado porque "no cobran lo que deberían" en alusión a criminales venezolanos.

 

 


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