Ingresa a la farmacia, salta el mostrador y se acerca a la caja. Amenazando a los trabajadores con su arma, este avezado delincuente los obliga a entregar las ganancias del día.
Los robos perpetrados por este delincuente son todos iguales ya que este hampón utiliza la misma ropa para delinquir: una capucha negra que le permite cubrirse el rostro y, además, ejecuta la misma modalidad: rastrillar el arma, amedrentar a los trabajadores y saltar ágilmente hacia la caja registradora.
Pese a su estrategia constante de ocultar su rostro gracias a su vestimenta, una de las cámaras de seguridad sí logro registrar su cara para que puede ser identificado. Las víctimas de este delincuente ya han sido realizado sus denuncias, pero esto no ha detenido al ladrón quien continua el libertad.