Justicia popular. A punta de latigazos, un grupo de ronderos en Cajamarca hizo justicia con un padre que estaba enseñando a robar a sus menores hijos de ocho y nueve años, a quienes llevaba a tiendas para hurtar celulares.
El hombre también fue obligado a hacer planchas como parte del castigo, pero como no hacía buen el ejercicio, los ronderos lo llenaron de chicotazos.
Tras la tanda de golpes, el hombre empezó a llorar y negó las acusaciones en su contra; sin embargo, eso no amilanó a los ronderos que continuaron con el duro castigo. “Por eso no robes y no les enseñes a tus hijos a robar”, le increparon.
Durante el castigo, el hombre se comprometió a nunca más volver a robar. Los menores y este sujeto habrían robado cuatro celulares valorizados, cada uno, en mil soles.