La furia de la naturaleza parece no tener cuando acabar en el distrito de Mala, en Cañete. Decenas de familias damnificadas, calles convertidas en ríos, viviendas aisladas en medio de una ‘laguna’, campos bajo el agua, es lo que dejó el cuarto día del desastre.
Incluso, el agua acumulada por varios días en las calles y el intenso calor, ha provocado la aparición de insectos y roedores. Familias enteras tienen que dormir en la intemperie, pues sus casas han quedado atrapadas en medio del agua.
Para quienes no pueden regresar a sus viviendas, se han instalado carpas cerca de la carretera, pero toda ayuda parece insuficiente. Los pobladores hicieron una olla común para los damnificados. En tanto, una tropa del Ejército viene prestando apoyo en la zona de emergencia.
Los vecinos reclaman más ayuda al gobierno local y regional. Además solicitaron equipos para retirar el agua estancada, antes que se desate una epidemia debido a la proliferación de insectos.
