Víctimas de cánones estéticos. Obsesionados con el cuerpo perfecto, tienen la meta de una silueta irresistible y para lograrlo, dejan de comer, beber agua y empiezan a mentirle a su familia sobres sus hábitos alimenticios. Estos son los síntomas de algunos jóvenes, que con el afán de tener la perfección física, modifican drásticamente su conducta alimentaria.
“En los varones hay una dificultad muy frecuente para aceptar que tienen un trastorno de conducta alimentaria”, indicó el médico Carlos Vela, de EsSalud.
La historia de Isaac Pérez, un joven de 18 años, estudiante de Publicidad, sufrió de anorexia debido a que desde los 13 años, sufrió de bullying. Lo llamaban “Gordo”, “guatón”, duros calificativos que a su temprana edad, dañaron su autoestima.
Por ello tomó medidas radicales sobre su alimentación. A una edad más madura y tras superar esta enfermedad durante toda su adolescencia, opta por narrar su testimonio para que otras personas no vivan lo que él sufrió.
“Pasé de comer pura comida chatarra a solo comer un plato de cereal al día o granola y a veces dejaba de comer un día o dos para intentar bajar de peso radicalmente”, relata para Panamericana.
El rango de edad entre varones que padecen trastornos alimenticios varía desde los 13 hasta los 30 años. Según el psiquiatra Carlos Vela, aún hay muchos tabús, muchos hombres no reconocen su enfermedad.
Las estadísticas en Lima revelan que hay entre mil y mil quinientos pacientes diagnosticados con anorexia nerviosa son solo la parte de salud pero se considera un diagnóstico porque muchos de estos pacientes varones no reconocen que tienen anorexia nerviosa y piensan en que van al médico por depresión o por cualquier otra patología.
