Lo que comenzó siendo una pacífica protesta se convirtió en una caótica y violenta manifestación que enfrentó a agentes policiales y pobladores. Luego de más de cuatro horas de haber sido ocupada la Panamericana Norte por protestantes que exigían la inmediata anulación de los peajes Shangrilá y Ancón, decenas de policías hicieron uso de la fuerza para desbloquear la carretera.
Ante esto, los vecinos de Puente Piedra respondían lanzando piedras, vidrios y todo tipo de objetos contundentes con la finalidad de resistirse a abandonar las tranqueras que habían cercado. También atacaron a un bus de transporte público que intentó avanzar por la vía auxiliar.
El enfrentamiento dejó como consecuencia algunos detenidos también; aunque los ciudadanos aseguran que los ataques comenzaron por parte de la Policía. Todos ellos están de acuerdo en que deben anularse los peajes por los escándalos de corrupción que los rodea, así como la falta de obras en el mejoramiento de la vía que se supone deberían realizar con los ingresos de estos.