Un comerciante peruano conmovido por la crisis que se vive en Venezuela acogió a dos ciudadanos venezolanos a los que contrato, a pesar de que no tenían documentos, para que trabajaran en su tienda en una galería de Gamarra.
Tras ganarse su confianza, Dilbert Fernandez acogió en su casa a los hermanos Hector Alexander y Pablo Pastran Areche, ambos de nacionalidad venezolana. Según el agraviado estos sujetos habrían actuado en complicidad con un primo, también de nacionalidad venezolana.
El mismo que se encargo de entrar al local comercial en horas de la noche y se dirigió directamente al lugar donde Fernandez guardaba su dinero. El monto de lo robado asciende a 32 mil soles.
Tras el robo, el comerciante intentó comunicarse con los venezolanos pero ellos mismos le informaron que ya no se encontraban en el país. Decepcionado y burlado por haber actuado con buena voluntad, el empresario denunció el robo en la comisaría de Apolo.
